"A diferencia de la música, no hay niños prodigios en la pintura. Lo que la gente percibe como genio prematuro es el genio de la infancia. No desaparece gradualmente a medida que envejece. Es posible que ese niño se convierta en un verdadero pintor un día, quizás incluso un gran pintor. Pero tendría que empezar desde el principio. Por lo tanto, por lo que a mí respecta, yo no era un genio. Mis primeros dibujos nunca se han mostrado en una exposición de dibujos infantiles. Me faltaba la torpeza de un niño, su ingenuidad. He hecho dibujos académicos a la edad de siete años, con una precisión de la que me asusto".

Picasso



martes, 22 de mayo de 2012

Cuadro I

Lista la idea, la composición, la figura, los elementos y las tonalidades, me puse manos a la obra decidida a comenzar mi cuadro. Con bastidor de cuarenta-figura en mano dibujé el encaje de mi composición y le di color con una mancha inicial. Me decanté por el temple acrílico, ya que, aunque no trabajo del todo a gusto, es una técnica más rápida y me permite trabajar en el cuadro cuando quiera ya que seca antes que el óleo.


Para la primera mancha opté por tonos fríos para el fondo y otros más cálidos para la figura y los elementos principales. Quise utilizar colores oscuros para luego sacar las luces dándole forma, de esta manera conseguiría mayor volumen y destacaría más las zonas de luz.




Una vez planteado esto, me dediqué a trabajar la figura de la modelo. Lo hice utilizando varias tonalidades de color, tanto frías como cálidas, para que no fuera monótono. Sin embargo no me convencía, fallaban las pinceladas, o quizás los colores. Tenía que cambiar.






Bloqueo


Ya os he hablado de esto. Ahora llega el momento en el que mi mente se paraliza en todo lo relacionado con mi cuadro. Lo miro y no me veo capaz de arreglar lo que tengo delante. Necesito un respiro. Abandono.


Hay muchas cosas que no me gustan de él.
En general, creo que la composición no falla. La idea me convence.
Las piernas no funcionan.
Ni la cara.
El pelo es tan sólo una mancha, pero necesito darle algo de forma.
El marco solo está planteado, sé cómo quiero hacerlo pero ahora no es el momento de centrarme en él.
Necesito resolver el problema...
Las piernas, son las piernas.


                                                                (Paréntesis)


Al fin me decidí, me tomé mi tiempo para seguir avanzando mi trabajo pero finalmente lo hice.
Primero arreglé el problema fundamental y trabajé las piernas con unos tonos más suaves, empezando primero con los más oscuros para luego dar la forma con los más claros.
Una vez listo eso, me centré en el pecho del marco para darle sentido y volumen y quitarle esa sensación de planitud.
Continué con la manta con el mismo método: primero los colores oscuros para luego sacar luces.




Noto una mejoría. Me motivo y decido continuar.
Ahora hay un elemento que no me convence. La silla, aunque apenas está manchada, no me gusta. Distrae. Hace que esa zona llame más la atención que el marco, que es el verdadero protagonista.
Intento arreglarla. Hago un encaje para no perder la forma. Pero no lo veo. No funciona. Me da problemas... la quito. Ya me plantearé volverla a poner...
Además aprovecho para oscurecer el fondo, necesito que tenga más profundidad y destaque más la figura; por lo que hago un color oscuro, azul intenso; tapo la silla y quito protagonismo a la pared.






































Con esto, el suelo desentona. Necesito un verde menos vivo... vuelvo a tapar.




Ya no hay silla, aunque se intuye. 
Ahora tengo que trabajar el ambiente de la habitación. Está en penumbra, pero por la puerta entra luz. Debo tener cuidado de que no quede un corte muy brusco en el suelo de luz y sombra.




Esto es otra cosa...
Necesito algunos retoques más, tengo que definir la cabeza, que tapé porque era demasiado grande; y tiene que llegar algo de luz a las piernas; esa mano...
Pero ahora voy a trabajar el marco. Tengo que delimitarlo bien y utilizar distintos tonos.















Después de esto me dedico a arreglar lo demás, a dejarlo todo bien definido y a ver qué pasa...


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